Ella es la prueba de que nadie es lo que parece al principio. Ella me demostró que no hay nada más equivocado que pensar que con una sola mirada se conoce toda la historia.
Cuando la conocí, la saludé con una mirada crítica que me hizo pensar "esta loca, qué desastre, me niego a vivir con ella". Hoy, al despedirme, me niego a no volver a verla.
Ella me tendió la mano a pesar de que lo único que había hecho era juzgarla en silencio. Es una mujer que, debido a la gran cantidad de violencia en su país, al abuso de sus hermanas y a la falta de un padre que la protegiera, tuvo que dejar su lugar de nacimiento, al igual que millones de inmigrantes cada año, en busca de paz.
Llegó a un país que promete un mundo de oportunidades y desarrollo. Buscaba ser periodista para poder contar las historias de los que no son escuchados. A pesar de su duro trabajo y la esperanza de una mejor situación de seguridad en el país que la recibió, tuvo que dejar su trabajo como periodista. Recibió serios tratos sobre su vida, porque sus historias ponían luz sobre atrocidades que algunas personas muy poderosas querían mantener en la oscuridad.
"Su trágica historia nunca ha destruido su alma altruista"
Después de esto, decidió emprender un largo viaje, cruzando diferentes fronteras, en busca de nuevas oportunidades. Desgraciadamente, no encontró más que la mirada crítica de todos aquellos que no comprenden a las personas que tienen un aspecto diferente al suyo.
La juzgan por ser negra,por africana, por inmigrante. En su propio país la juzgan por irse. Y se juzga a sí misma por no haber acompañado a su madre durante sus últimos días.
El arrepentimiento marca cada una de las cicatrices que ha ido acumulando a lo largo de los años. Siempre se pregunta si su historia habría sido diferente si se hubiera conformado con lo poco que le ofrecía su país, y si hubiera podido hacer oídos sordos a la injusticia y a la guerra. Aunque le cueste aceptarlo, sabemos que su historia podría haber sido aún más trágica si no hubiera emigrado, porque la guerra, la violencia y la pobreza habrían acabado con ella. Además, en mi egoísmo debo decir que emigrar nos permitió conocernos y por eso le estaré eternamente agradecida.
Su trágica historia nunca ha destruido su alma altruista. Ella es la prueba de que somos TODO menos víctimas de las circunstancias.
"Gracias por preocuparte"
Gracias por tus desayunos que aunque no tenías mucho compartías conmigo para que no echara de menos tu casa. Gracias por defenderme por encima de todo. Gracias por preocuparte y sobre todo, GRACIAS por enseñarme a mirar más allá de mi propia ignorancia.