Huerta Terepeutica

 

La Huerta Terapéutica

Cultivando Para Curar in Sincé, Sucre

Una comunidad desgarrada por la violencia, ancianos abandonados y el futuro vacío de una juventud llena de drogas para aliviar el dolor. La comunidad de Villa de Corral en Sincé abrió una huerta comunitaria para aprender a ser comunidad nuevamente. Los consumidores jóvenes vienen aquí para poder pensar en su futuro y, en el cambio, hacer algo útil, mientras tienen personas a su alrededor con quién hablar sobre sus problemas. En la huerta todos son bienvenidos. Como Don Carlos, un anciano de Villa de Corral que viene todos los días a la finca para ayudar. Dice que cuando está solo se siente pesado, triste y solo, pero aquí en la huerta puede hacer lo que ha estado haciendo toda su vida. Le da energía, un sentido de comunidad y está feliz. Esto no es solo una huerta, es una huerta Sanadora : el huerto terapéutico.

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Sincé: Entre cultivos que unen y comida que alienta

Por Catalina Barragán Hinestroza & Juan Felipe Hernández


Ubicado en la sabana de Sucre, a tan solo 30 kilómetros de Sincelejo se encuentra el municipio de San Luis de Sincé. Villa de Coral, es un corregimiento de Sincé donde la violencia y el abandono estatal se evidencia en las calles, en los colegios, en sus parques, en cada rincón se ve la carencia absoluta de los derechos mínimos. El agua y la electricidad son escasos. Las calles son de barro y la cancha de fútbol son dos palitos por donde corren marranos y gallos. Un pueblo que carece de todo menos de gente linda, amable y soñadora que busca un mejor futuro para su gente. 


Este corregimiento ha vivido la violencia como resultado de la guerra entre los paramilitares, el gobierno y la guerrilla. Además de sufrir diferentes problemática como son los altos niveles de violencia de las pandillas, el microtráfico, los embarazos adolescentes y el consumo problemático de sustancias ilícitas.


En los últimos años el despertar de su gente ha hecho un llamado al cambio, que pide a gritos la atención del gobierno. Mientras ellos esperan por una respuesta, los Sincences no se quedan quietos y de ellos han nacido diferentes proyectos comunitarios, que buscan unir a la comunidad y trabajar junto por un mejor Sincé.


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Un clima bastante húmedo y cálido acompaña nuestra visita. La comunidad sinceana nos recibe acogedoramente, invitándonos a ver la elaboración de un dulce típico de la región: las “bolitas de leche”. Doña Aleida, la dueña del negocio local, nos muestra el paso a paso de la elaboración de las “bolitas”. Acostumbrada al calor de la región, y sin mostrar mayor incomodidad ante el humo de la leña, una de sus colegas menea de un lado al otro, en forma circular, la leche y el azúcar. 


Con paciencia y dedicación, van formando cada una de las “bolitas”. Al final, nos comenta doña Aleida, salen alrededor de 450 para la venta. Las empaquetan en recipientes que tienen su propio logo. No solo es un medio de sustento, también se trata de llevar alegría y sabor a los consumidores.


Luego de nuestra visita a doña Aleida, nos dirigimos a visitar uno de los proyectos que surgió entre los jóvenes: “La huerta terapéutica, nutriendo el alma”. Aquí converge el trabajo de jóvenes y grandes, mujeres y hombres que buscan, a través del cultivo, canalizar sentimientos que en el pasado fueron problemáticos, pero que hoy, son el cimiento de una parcela que da ñame, batata, yuca, entre otros. Se trata de ver oportunidades en el camino, aprovecharlas y nutrir el alma, cuerpo y mente. 


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