Picnic

 

Leer es Cambiar el Mundo

Llevando la Literatura al Campo de Colombia

No hay niños que no lean, pero sí hay niños sin libros. El 13 de mayo, Picnic de Palabas nos invitó a Duitama y Paipa. Acompañados del autor Carlos Riaño, distribuyeron 168 libros a 42 niños de la colección “Arriba Abajo”. En la ruralidad de Colombia muchos niños no tienen acceso a la literatura. La lectura es una habilidad esencial para que los niños prosperen más adelante en la vida: profesionalmente, creativamente y socialmente. La falta de acceso a la literatura aumenta la desigualdad. Liderado por Marcela Escovar, Picnic tiene como objetivo cerrar esta brecha y poner libros en manos de los niños de toda Colombia.

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Picnic de Palabras

Picnic de Palabras es una fundación fundada por Marcela Escovar. Su sueño era llevar libros a los niños que vivían en el campo de Colombia. La lectura es una habilidad esencial que abre muchas oportunidades más adelante en la vida. Brinda acceso a la educación superior y mejores empleos. Pero también abre la mente a diferentes realidades, diferentes mundos e imaginaciones diferentes. Leer significa conocimiento, inspiración y crecimiento. La falta de lectura en lugares donde los libros simplemente no llegan debido a su ubicación remota, disminuye las oportunidades de los niños más adelante en la vida. Llevar libros a estos lugares es, por lo tanto, una parte esencial para disminuir la desigualdad a nivel nacional.


El 13 de mayo, Picnic de Palabas nos invitó a Duitama y Paipa. Acompañados del autor Carlos Riaño, repartieron 168 libros a 42 niños de la colección “Arriba Abajo”. Para Marcela era importante no solo regalar los libros, sino también compartir la experiencia de la lectura con los niños y sus familias. Enseñarles la importancia de la lectura, cómo nos ayudan a crecer y soñar, y a convertirnos en lectores para toda la vida. Durante el evento, los niños se dividieron en grupos y se les pidió que leyeran juntos uno de los libros. Finalmente, presentaron su interpretación del libro al resto del grupo. Como gesto simbólico, la profesora local Andrea Tamayo entregó pequeños árboles a los integrantes de Picnic a cambio de los libros. De esta forma, se minimiza el impacto ambiental de la distribución, mientras que su impacto social seguirá acumulándose en los próximos años, cada vez que un niño abre otro libro.



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