Los habitantes de Sucre han sufrido mucho en los últimos años y décadas debido a los altos índices de violencia y pobreza. Y aunque los problemas están lejos de desaparecer, los sucrenses han decidido crear un futuro mejor para ellos, sus vecinos y su departamento. Son personas que hacen de Sucre un lugar mejor. Y merecen ser vistos: los niños que alzan la voz por un futuro mejor, los pandilleros que cambiaron sus armas por un balón de fútbol, los músicos cuya música ahoga los sonidos de los disparos, las cocineras que curan el alma de la comunidad a través de su comida, y todos los demás que trabajan mano a mano, día a día, demostrando que con la voluntad y el poder de la gente, todo es posible.